La armonía no es más que una dialéctica entre el desasosiego y el ansia de quietud que se resuelve mostrándose como una calma fugaz, efímera y caduca que habrá de ser recuperada y reconquistada ad infinitum. Solo bajo esta conciencia de provisionalidad es viable establecerse en ese limbo simbólico de los justos.
Armonía
Publicado por Ana de Lacalle
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