Tras el informe sobre la pederastia en la iglesia -no lo escribo con mayúsculas porque no se lo merecen- presentado por el defensor del pueblo -sobre cuya elaboración tal vez no ha sido estadísticamente excesivamente pulcra- el presidente de la conferencia episcopal española, cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella hizo una comparecencia que podríamos calificar de politiquillo o de niño de patio de colegio, que viene a ser muy semejante. Es decir, tras un perdón hueco, que ya no se cree nadie, adujo que la familia era el lugar donde más abusos a menores se producían. O lo que popularmente se conoce como “tú más” que tanto hemos oído en nuestra democracia, cuando uno no tiene argumentos.
Señor, no sé cómo denominarle, que haya un lugar donde ese abuso sexual demoledor a niños, que nunca se supera y marca con un dolor inmenso el resto de la vida sea la familia, nada tiene que ver con lo que sucede en la iglesia. Vuelven a equivocarse, o en este caso a pecar, si recuerdan aquello que dice el evangelio de qué fácil es ver la paja en el ojo ajeno y qué fácil no ver la viga en el propio[1].
Lo propio de una institución con cierto respeto a la dignidad humana, que para más inri es una institución cristiana que, se le presupone, intenta ser coherente con lo que predica, sería reconocer sin fisuras el mal causado y luchar para que el dolor sea reparado lo máximo posible, haya prescrito o no legalmente. Eso sería lo propio de una institución cristiana, pero lo que la iglesia demuestra cada vez más es que el cristianismo se le ha caído a los pies, y que hoy en día son una institución con bastante poder que vela por su supervivencia. El mal infringido no se compensa con otro tipo de bienes que se estén haciendo porque la institución fue creada para ser fielmente cristianos.
Así que hay un triple pecado:
- La agresión sexual sistemática a niños desde hace muchas décadas, imposible saber cuántas. Escuchen testimonios de las personas que lo han sufrido, con actitud de escucha, no a la defensiva y vean la cantidad de vidas que han destrozado.
- La trama, que debía ser un protocolo establecido, de ocultación sistemática, que consistía a menudo en amedrentar a la familia, y en trasladar después al susodicho pederasta a otro lugar, se supone a que abuse de otros niños, porque si no es así, ya me dirán qué explicación tiene, más allá de no querer ver y creer que borrando las huellas todo se soluciona.
- No pedir un perdón sincero que conllevaría intentar subsanar al máximo el daño irreparable a personas con nombres y apellidos que han denunciado y son por tanto identificables. Por el contrario, la reacción es: Tú más.
Enhorabuena, son una muestra muy representativa de la sociedad, es decir un funcionamiento corrupto en el que quienes tiene el poder pisan sin miramiento al resto. ¿Qué dicen en sus sermones dominicales? ¿No se les cae la cara de vergüenza?
Lo grave, no solo es lo que sucedió y lo que probablemente sigue sucediendo, sino la actitud que ante eso toma la iglesia oficial, los que mandan, los que dirigen. Estar a la defensiva no es reconocer los pecados, quizás deberían releer los evangelios con la ayuda de alguien que les hiciera de espejo, ya verían como éste explotaría de sobrecarga.
Es curioso que el tema en el que la iglesia es más ortodoxa y rígida, la sexualidad, sea uno de sus mayores pecados y que les cueste tanto reconocer con sinceridad y pedir el perdón con sinceridad, y eso no consiste solo en decir, sino en hacer, en intentan reparar y en establecer, si la víctima lo desea un diálogo con ella para ver en cada caso como hoy, podrían ayudarla.
Todo lo demás sobra. El evangelio privilegia las acciones sobre las palabras… ¡Qué lejos están de sus propias creencias! O es que lo de menos es el mensaje de Cristo y el intento humano de ponerlo en práctica, y lo que prevalece es siempre el tinglado de poder económico que se han montado con los siglos alrededor de él.
No tienen perdón, sobre todo por la actitud que siguen manteniendo. Fui personalmente testigo de dos casos, y lo que no es nunca justificable es que la que tenga que irse forzada como si fuese la criminal es la víctima, una niña que no sabía ni qué sucedía exactamente, aunque debía sentir que eso era raro.
Han quedado deslegitimados moralmente y lo seguirán estando, mientras su actitud ante el problema de la pederastia en su institución no se ataje al máximo, y detectado se tomen los cauces legales que cualquier pederasta merece, sea clérigo o no. Antes le obliga el código penal de su Estado, o ¿también están ustedes por encima de las leyes del Estado de Derecho?
Ahora recurro a un ejemplo didáctico, por si aún no lo han entendido. ¿Qué es moralmente más reprochable que viole un cura o cualquier otro individuo? Si consideramos los votos y el tipo de vida de amor y servicio a los demás al que un sacerdote se compromete, me parece que la respuesta es clarísima. Ustedes se han erigido como garantes de la moral durante más de cuarenta años en España. ¿De qué moral? ¿De la del dictador? ¿De la de hago lo que quiero porque puedo, ya que soy eclesiástico?
Quien asume esa responsabilidad debe ser consecuente. Y quien tiene un gran poder, tiene una gran responsabilidad, y esto aparece en un diálogo de la película Spiderman, no en ninguna otra religión o similar de la competencia.
En fin, arránquense la conciencia muchos de ustedes, y los que siguen perteneciendo a una institución así, porque será la única forma de vivir, sin sentirse torturado, como los niños y las niñas agredidos sexualmente durante años y años.
[1] Se trata de una frase bíblica (San Mateo 7, 3-5; San Lucas 6, 41).

Sous couverture de soutane le goupillon prêche l’abstention sexuelle …Mais incite à la déviance monstrueuse par un interdit d’usage naturel. Plus fourbe qu’un besoin refoulé, cherche tu trouveras un curé…
L’enfant est tout trouvé pour ces prédateurs.
Bonne journée Ana, tu as toute ma présence dans cette dénonciation courageuse.
Je t’embrasse plus qu’adulte…
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¿Clero pederesta? ¿Que no así enseñan los curas «educación sexual»? Mira de lo que se entera uno…Ese Maciel y sus muchachos…creo que por eso Juan Pablo II arde bien y bonito en la planta baja….Saludos a todas las escorias humanas que se escudan en Diosito para «conocer» al rebaño…besos al vacío desde el vacío
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