20 de noviembre de 1975: la agonía final de una dictadura.

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La fecha mencionada sigue siendo, para los nacidos antes de los años 70, un día inolvidable. Personalmente, con 11 años, solo podía alegrarme de un acontecimiento crucial para España por el humus que había transpirado durante toda mi vida, fundamentalmente los diez primeros años en Madrid. Curiosamente, mi abuelo paterno fue un militar africanista y el materno socialista, en consecuencia, se supone que yo constituía un híbrido de ese país con los huesos fracturados y heridas abiertas. Sin embargo, recuerdo que aquello fue un disparador de esperanza y de alegría que hubo aún que contener durante tiempo.

Mi familia incrustó en mi mente y la de mis hermanos que nunca debíamos hablar de Franco, ni de política con nadie, y menos, claro está, explicar chistes que corrían muchos; eso es parte de la idiosincrasia del país. Así, cuando aquella mañana llegamos al colegio y se nos comunicó que no habría clase durante una semana por el fallecimiento del caudillo, la clase fue un clamor que intentó silenciar la pobre monja. A esa edad, lo más importante para muchas era que teníamos “vacaciones”, para otras, aquella fecha era un punto de inflexión en la historia familiar. Con los días, nos daríamos cuenta de que lo que había sucedido era algo trascendente, aunque fuera porque no nos dejaban salir de casa, porque los dos canales de televisión que había solo emitían música clásica y programas explicando cómo Franco salvó a España.

Eso fue el inicio de una época dura también para el país. Una voluntad aparente de transitar hacia una democracia y unas resistencias que se habían fortalecido durante más de tres décadas. Así que nos acostumbramos a ver policías y militares con el fusil por las calles y eso fue “normal” hasta que, al menos que recuerde, se aprobó la Constitución y se celebraron elecciones, momento en el cual ya se había pactado la Amnistía de 1978 y supongo que los nerviosos de uno y otro bando empezaron a calmarse.

Durante muchos años se nos hizo creer que la transición española había sido modélica. Ahora ya sabemos que de modélica nada, que tal vez fue lo único que se pudo hacer, pero quedaron impunes crímenes de guerra y miles de desaparecidos que aún hoy siguen buscando aquellos a los que les queda vivo algún familiar. La guerra fue una escabechina, sangrienta y muy dolorosa que partió familias y en la que abundaron las traiciones. Recordemos que fue la primera contienda en la que se bombardeó indiscriminadamente población civil, en particular en Gernika[1], a manos de la legión Condor alemana que apoyó a los militares golpistas. Preparativos que Hitler usó como experimento para la subsiguiente II guerra mundial.

Había mucho que reparar durante esa transición democrática y no se pudo, porque seguramente hubiésemos corrido el riesgo de una nueva involución. El golpe de Estado de 1981 -23F- fue un indicador claro de lo que aún quedaba de una España fascista, y en el cual no sabemos qué papel jugó el rey Juan Carlos I, aunque viendo lo visto a posteriori, pues ciertamente las sospechas es difícil acallarlas.

Todo lo expuesto, a partir de recuerdos y de lo que podíamos captar durante aquellos años los preadolescentes, ha sido puesto en el tapete porque no puedo dejar de lamentar que jóvenes que no vivieron aquello, dictadura y transición democrática, mayores que debieron tener una buena vida durante el franquismo y nostálgicos que por defecto cualquier tiempo pasado fue mejor, estén invocando levantamientos y usando con mala voluntad términos como dictadura, golpe de estado, etc. Ojalá, tengamos la fortuna de no vivir nada parecido, sabiendo que además las guerras hoy son muchísimo más cruentas. El estado español no es una dictadura y padece las mismas deficiencias democráticas que la mayoría de las europeas y la estadounidense. Como mínimo me atrevería a aventura que un desencaje entre lo que es un Estado de Derecho y las democracias fácticas.

Aunque mi intención inicial era destacar aquello por lo que me parece nuclear que haya protestas y revueltas, un toque azaroso me ha llevado a perder la mitad del artículo que llevo un par de horas redactando. No me suele pasar, ahí lo dejo…Si alguien tiene interés en recuperarlo lo he expuesto en posts anteriores, por ejemplo este: https://filosofiadelreconocimiento.com/2020/05/15/los-rebeldes-del-barrio-de-salamanca-o-los-ricos-protegiendo-su-riqueza/

Solo me resta ánimo para rematar el malogrado escrito inicial con unas palabras de María Zambrano:

“Es la palabra persona la que hoy viene a integrar la constelación de la palabra democracia, o a la inversa. Pues el hombre como persona era realidad nueva a través de la historia, se ha ido descubriendo, poniendo de manifiesto. Y desde ella el concepto de pueblo y su contrario, el de aristocracia, pierde un tanto su oposición. Pues ser persona es lo propio de todo hombre previamente a su inclusión en una clase, y lo más decisivo hoy, lo que más nos importa: aún después de que se gobierne por el pueblo y para el pueblo, aún después diríamos, cuando no existan -si es que esto va a suceder alguna vez- clases sociales. (…) Se trata, pues, de que la sociedad sea adecuada a la persona humana; su espacio adecuado y no un lugar de tortura.”

María Zambrano, 1958: Persona y democracia, Barcelona, Anthropos, 1988, pp. 136.

Ahora sí, les invito, dadas las circunstancias mundiales, a la clase magistral que impartirá esta tarde a las 16h de España a través del Facebook del Club Mundial de Filosofía: ¿ES JURÍDICAMENTE POSIBLE EL PRETENDER UN STATUS DE PAZ UNIVERSAL?» disertará el Dr. Juan Manuel Faramiñán Gilbert.


[1] https://www.gernikagogoratuz.org/portfolio-item/huella-humana-bombardeo-gernika/

Plural: 4 comentarios en “20 de noviembre de 1975: la agonía final de una dictadura.”

    1. Si te he entendido bien, te diría que NO. Mis orígenes marcan esa confrontación violenta y sangrienta, una familia de cada bando, como en muchos casos. Nosotros, los nietos, nos hemos reconstruido de las cenizas que aún desprenden cierto rescoldo, pero somos Otros. El problema es que hay ciertos jóvenes que no saben de qué hablan y acríticamente se dejan abducir. Gracias!!!!

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