Considerando que la mayor parte de declaraciones, que hoy se realicen por el Día Internacional de los Derechos del niño, serán apologías justificadísimas para erradicar situaciones en las que de forma reiterada e impune se vulneran esos derechos, mi propósito es algo distinto. Entiendo que puede constituir una reflexión complementaria, a otras muchas, el dedicar
