Entendemos por costumbre[1], la manera habitual de actuar o comportarse, que se extiende hasta la práctica tradicional de una colectividad o de un lugar. Ahora bien, este significado es restrictivo si consideramos que el hábito condiciona no solo las conductas, sino también las actitudes. Es decir, la habituación de nuestra sensibilidad a determinados estímulos, un
