Quienes destartalan un discurso forjado con dedicación por otro -el cual solo pretende abrir un diálogo- realizan un gesto de soberbia contra el lenguaje por la impotencia de no saber jugar con las reglas que lo rigen. Bordeando, pues, unos límites que se les tornan incomprensibles, despliegan la osadía de deslizar palabras, reconstruir frases, cambiar
Etiqueta: Lenguaje
Adulterando la palabra ajena creemos poseer argumentos discriminatorios que contundentemente desbanquen cualquier otra propuesta. Nuestro fundamento es el decir del otro, no hay pues lugar para la disputa. Estos juegos lingüísticos y argumentativos nos hacen retóricos potentes y hábiles en contiendas dialécticas, pero no nos hacen profetas ni portadores de verdad alguna. Nadie caerá presto
La naturaleza del lenguaje es de aquellas cuestiones por las que merodean la ciencia, el arte, la literatura, la filosofía; como cuatro alumnas avezadas que no están dispuestas a ceder su lugar ni merito a ninguna que no le pertenezca. Las apreciaciones de cada una no tienen por qué excluirse, pueden convivir e incluso enriquecerse.