El viento azota indiscriminadamente y tú te sacudes su aguda inquina con el anhelo de permanecer en pie. Del Norte, del sur, este u oeste te zarandean ventadas agresivas que intentas combatir. Pero te hastías, cual humano humanísimo, de vivir a la intemperie siempre atento para legitimar tus giros inéditos. Sea cual sea el tiempo,