Quien escribe en su propio blog, ejerce la censura sobre sí mismo. A menudo, la tentación proviene de la “necesidad” de no pisar tierras movedizas, no desmarcarse de lo políticamente correcto y, en definitiva, no parecer un retrógrado en una sociedad, como la nuestra, donde solo cabe lo que no tiene límites -¿paradójico, no?- Así,