Mientras haya desamparo en el hondo oscuro de la mirada; nadie, ningún ser nunca se habrá liberado de la angustia por el sentido del vivir. Porque, aun suponiendo, que fuéramos sicarios de todo intento metafísico, al reiniciar ese tránsito “post”, en el que ahora nos hallamos, convulsionaríamos reverberando supuestos post-metafísicos, hartamente axiomáticos.
Quien no sabe: o masculla sin amparo el silencio o se hunde en la metafísica como cualquier humano.

El impulso metafísico como una dimensión humana es la tendencia espiritual hacia la raíz de los sentidos del existir
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