Al no disponer de la sabiduría que permite ver los acontecimientos desde la auténtica trascendencia que tienen, restamos enredados en la intensidad de lo que sucede. Quien crea que se mantiene ajeno al transcurrir alterado y turbulento tal vez sea indiferente y no sabio, por eso sus divagaciones no se anuden con los hilos desgarrados de esas redes que atrapan. Es prudente no confundir la sabiduría con la indiferencia de un Poncio Pilatos que quiere lavarse las manos.
Poncio Pilatos
Publicado por Ana de Lacalle
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