Vertimos todos los esfuerzos y refuerzos en el empeño de sostener la dignidad vital, hasta que “algo” nos revela interiormente que: o la vida es meritoria por sí misma o ¿por qué acreditar un hecho biológico que nuestra conciencia nos condena a solemnizar para poder transitarla? El infierno del hombre es la autoconciencia, no hay paradero inferior.
El infierno
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle
