Mientras se desplaza suave y sigilosamente un oceánico silencio, yacemos sujetos a la exposición de lo siempre cautelosamente negado, por pudor, por inconsciencia o cobardía; sean cuales sean las causes de esta ausencia de lo genuino y propio -aunque quizás no apropiado- de esta mengua anuladora, necesitamos remojarnos en las aguas infinitas de ese mar catártico.
Es casi un soplo de aire que se trunca a la mitad, muy limpio y hermoso
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Gracias….
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