Desde que Freud formulara que los sueños son una estrategia del ello para que se manifiesten las pulsiones de manera simbólica, por lo cual debía distinguirse entre el contenido explícito y el contenido latente del sueño, la interpretación de los sueños, incluso por parte de terapeutas y psicoanalistas, es la resultante de la capacidad intuitiva desarrollada de la propia experiencia como pacientes de estos. Es una quimera creer que podemos interpretar los sueños de otros si anteriormente no hemos vivido un proceso terapéutico psicoanalítico interpretando los propios.
Cuando lo dicho se aprehende por experiencia propia, somos capaces de apercibirnos de la riqueza que contienen los sueños como material a partir del cual identificar qué yace en nuestro inconsciente en estado de ebullición, lo cual, a su vez, se manifiesta mediante nuestro estado de ánimo, nuestras reacciones a determinadas situaciones y en la relación con los otros. La capacidad e importancia de recordar los sueños y hacer un proceso, no exento de dolor, de introspección que nos brinde asociaciones significativas entre lo que vivimos anteriormente y lo que estamos viviendo hoy, es un ejercicio de lujo para la autocomprensión, la comprensión del estado mental actual, y, por ende, el saber manejar esas emociones como propias sin revestir los objetos presentes de lo que solo está en nuestra psique.
Así, el pasado es pasado como factum, pero no como poso emocional que continúa condicionando nuestra forma de situarnos ante el presente. Lo experimentado conforma la manera de percibirnos y percibir la alteridad, sigue siempre latente, y la manera de disociar lo que únicamente pertenece a nuestra mente y lo que sucede en el exterior de esta exige un proceso de aprendizaje largo. Los sueños constituyen una de las estrategias para distinguir lo que proviene de mí, de lo que proviene del exterior; para evitar atribuir a lo otro, intenciones, acciones que no se corresponden con lo sucedido. Esto último en sí, es decir, desnudo difícilmente puede ser captado, porque simultáneamente las acciones de los otros pueden estar investidas de sus contenidos inconscientes y ser realizadas por razones que nada tienen que ver con nosotros.
En cualquier caso, podemos comprender qué proviene de nuestra psique y desembarazarnos de lo que no, que probablemente está originado en la de los otros, que tendrán, si quieren, que habérselas con ello.
No estamos afirmando que la única manera de acceder a las causas profundas de lo que sentimos que nos pasa sean los sueños. Lo fundamental es ese proceso psicoanalítico complejo que requiere de tiempo de análisis; la extensión del proceso depende de cada individuo. Ahora bien, una vez adquirida esa habilidad de asociar e intuir y, cuando parece que la introspección por sí sola no nos proporciona pistas, los sueños son un material tremendamente revelador que nada tienen que ver con la magia, sino con la experiencia emocionalmente significativa que se ha quedado grabada en nuestro interior.
El intento de interpretar los sueños mediante un manual de autoayuda chapucero es una estafa. Insisto en que solo habiendo experimentado un proceso psicoanalítico largo estamos en condiciones de aproximarnos a una parte reveladora sobre nosotros mismos, que puede, además según la intensidad o nuestra disposición a dejarnos ver, latir en los sueños. Cualquier otra forma es, a mi juicio, totalmente desaconsejable.
Navegaba en una noche oscura, iba a bordo de una especie de dedal (esos ue usaba mi abuela para coser, hoy no los veo más, debe haber una app para proteger el dedo), y me rodeaban tiburones. Llegue a una playa donde había luz, alguien se me acercó, me disparó en la cabeza, y luego volví al mar oscuro, como yo sabía que ya no tenía cabeza, desperté angustiado sabiendo que moriría…Así que no se a que número jugar a la quiniela acá en mi pueblo (no se si es algo mundial o algo de aquí lo de la tabla de número de apuesta según los sueños). Volviendo al inicio, es el relato de lo que acabo de soñar, desperté siendo aquí pasadas 3 am, agarré el teléfono y veo tu artículo de los sueños; no se que representan los tiburones, ni el dedal por barca, ni el disparo que me voló la cabeza, pero me quedé pensando por qué, al despertar alterado por un sueño, al abrir wordpress desde la cama para distraerme lo primero que leo es esto…vaya a saber. Abrazo, que tengas gran día, por aquí intentaré volver al sueño, y espero sea menos violento.
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No hay nada que signifique lo mismo para todos…tu tiburón es tuyo -significado único para ti- y tu decapitación también. Pero es imposible sin conocer a fondo tu vida, tu modo de relacionarte con el mundo y los acontecimientos últimos en los que te has visto inmerso, poder comprender que late pujando por salir que no se muestra explícitamente…tal vez, porque sería para ti doloroso, insoportable,…te afectaría en exceso….Quizás la casualidad significa que te iría bien acudir a un terapeuta psicoanalista….siempre con referencias y certeza de su formación, hay mucho desaprensivo por el mundo….Tú sabrás….gracias por leer!!!!
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Si, seguramente todo eso está relacionado con mi vida y mi realidad, y eso que intento dormir para no estar despierto, pero hasta los sueños me despiertan…un placer leerte, gracias a vos por escribir. Abrazo.
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Reblogueó esto en EL ESPACIO DEL KAOS: BABELIAS.
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Gracias!!!!
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Que interesante, alguna vez, hace mucho tiempo comencé a escribir en una libreta mis sueños…
Me parecen algo fascinante, gracias por compartir, Ana.
Linda y bendecida semana.
Elvira
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