Querría cerrar con este post el año 2024, voceando que el próximo año mejore para todos. Eso querría, pero inmediatamente sé -y saber, sabemos muy pocas cosas- que seguiremos matándonos, muchos morirán por la hambruna y la pobreza. Unos se lucrarán a costa de la mayoría anónima y muda, y no cambiaremos a mejor.
Reitero que mi actitud es realista -no pesimista-, y, tan solo, en las distancias cortas, en el tú a tú, en el NosOtros, pueden surgir esos brotes verdes que aviven la esperanza. Por eso, os exhorto a cuidar de los otros; lo cual comporta que todos lo haremos respecto del resto. Crear sinergias de cooperación, de retos asequibles construidos comunitariamente. En la comunidad de vecinos, en le barrio, en la ciudad. Ese es el tramo en el que nuestras convicciones de que lo humano debe tener su lugar, para ser humano, pueden realizarse. Más allá, es muy complejo llevar a cabo acciones conjuntas. Eso nos lo dice la experiencia, sobre todo en los países considerados más ricos, respecto de los que habría mucho que desmitificar y mostrar, con transparencia, quiénes son los ricos y cómo vive la mayoría de la población.
Por mi parte, y sé que repito esta idea a menudo, deseo contribuir a que la existencia sea vida, al menos de los que tengo más próximos. Obviamente, primero debo Vivir yo, ya que, como vieja profesora aprendí que lo que conmueve y transforma a los otros es lo que no dices, pero exhalas, las palabras acaban quedándose huecas y se diluyen al poco tiempo de ser dichas.
Nos reencontramos en el 2025, ahora me toca descansar, al menos públicamente. Gracias por leerme.

Feliz y bendecido 2025 Ana.
Lo mejor para ti y los tuyos.
Te mandaré un correo , gracias.
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Gracias, Elvira, igualmente!!!!
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Ya me dan pánico los años nuevos; son 365 posibilidades de iniciar una guerra cada día y no quiero acostumbrarme.
Gracias por escribir y compartir.
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