Servían cerveza hasta las cuatro de la madrugada y eso les permitía sustituir el día por la noche, una permutación sosegadora en circunstancias especiales. Dani vagaba orgulloso de su raro compañero nocturno que, aunque despertaba espanto y casi horror entre aquellos que lo observaban, podía presumir de ser diáfano, transparente y asumir una perspectiva de