Si no sabemos vivir, tan solo existir, consumiendo el tiempo hasta lo inevitable, ¿A quién rendiremos cuentas sino a nosotros mismos? Quizás a los que comprometimos por el camino como si lo nuestro fuera vida, cuando éramos ignorantes y por tanto inocentes, porque el engaño exige la voluntad y la conciencia de falseamiento. La sabiduría
Etiqueta: Ignorancia Existencial
Disgregados en un océano inmenso de ignorancia, avanzamos a tientas y palpando con cautela los contornos que nos acechan. Nunca antes habíamos vivido, carecemos de experiencia o modelos fiables, ya que nadie es experto en vivir, aunque algunos así lo “vendan”. Somos neófitos existenciales que palpitan ante el reto de vivir y morir riendo.
No hay incertidumbre más aguda que el no saber de esos seres que desvinculados cargan con su propia existencia. La ignorancia que ellos mismos ignoran, ese tremendo vacío de cada vida, que solo el individuo cata, sondea y gestiona. Ya no hay úteros ni brazos que cobijan, ni debe haberlos, aunque las lágrimas saturen ese
Tras el sendero agotado, sin rastrojos y sin alma, queda una pena anónima que embelesa la mirada. Es la tristeza vagando sin criterio por donde comprueba que pasa, desatada, desbordada, dispuesta a diluirse como átomos sobrantes que parecen constituir la nada. Paseo baldío y errado el que proporciona esa fragancia de “mandala” estéril, pero vendido
La beligerancia en la interpelación del otro está motivada, en ocasiones, por la falta de afectación que percibimos, en ese otro-ajeno, a las críticas continuadas- Su impostación, la de un yo habitando una especie de nirvana, parece mostrar una vida por encima del bien y del mal. Esa actitud conlleva una falacia en la que
Nadie está consagrado a predicar el dolor como si fuera una forma de vida a practicar. Los que sienten alergia crónica a contenidos de alto voltaje, los menosprecian como desgraciados mediocres a exterminar, casi por riesgo de contagio. Temer a quien reconociendo el dolor le da vida, ante la mirada de los neófitos existenciales, es
La ignorancia existencial, jadeada en una fiesta friki, no es más que la irónica sumisión a la insignificancia. Un modo de expresar un poderío falaz sobre la esclavitud que deviene del no saber, del no entender, del no poder, aunque se quiera, dar sentido a este festejo de zombis. Esos muertos vivientes que vagan sin