Todo acontecer parece carecer de importancia, inmersos en un marasmo de sucesos, nada es ya acontecimiento sino accidente nimio, entre los que vamos sorteando la existencia. Habituados a ver, protegidos por imágenes, las atrocidades más inhumanas, cuanto hay se desliza por una indiferencia sin discriminación. Nuestra sensibilidad puede tolerar un anuncio poco oportuno, con la
