En un arrabal anexo resguardo discretamente la pena, inhumada como si hubiese fenecido a base de ignorarla. Y nadie piense que se apoderó de mí la vergüenza o el pavor de traslucir debilidad ante los fisgoneos ajenos. No, es mi propio temor por sentirme poseída y embadurnada de brea líquida; esa que ennegrece el alma
Etiqueta: insensibilidad
El dolor es consustancial a la vida, lo cual no es óbice para que deseemos otra vida. Al contrario, precisamente porque hemos adquirido esa trágica conciencia de la relación necesaria entre vida y dolor, estamos legitimados a querer una existencia bien diferente. Sobre todo, desde el momento en el que no podemos afirmar lo mismo
Es cierto que en un mundo en el que abunda el dolor, la tragedia y el sinvivir, cada uno tiene el derecho de regocijarse en su burbuja de humano minoritario privilegiado. No mirar, para no ver, y vivir como si su mundo fuese el mundo. Esta postura la he oído en los últimos días a
En un arrabal anexo resguardo discretamente la pena, inhumada como si hubiese fenecido a base de ignorarla. Y nadie piense que se apoderó de mí la vergüenza o el pavor de traslucir debilidad ante los fisgoneos ajenos. No, es mi propio temor por sentirme poseída y embadurnada de brea líquida; esa que ennegrece el alma
La estancia se extendía a lo largo de unos trescientos metros cuadrados en forma rectangular y alargada. Sus habitantes solo ocupaban la mitad del espacio, separando la zona habitada por medio de una puerta ocluida, como si de un intestino se tratara el conjunto, que permitía su desbloqueo a voluntad. Pero, cierto día a raíz
Cuando las palabras ajenas te invalidan, acaso no sea el otro más que siervo de su propia miopía.
No hay “lágrimas de cocodrilo”, antes bien haya suma insensibilidad para reseguir el lagrimeo ajeno en su pálpito herido. Negado el llanto, como falsa estrategia, quedamos legitimados para, hieráticos, proceder a actuar con contundencia. Queda la conciencia, sosegada y tranquila dormita como un inocente rehén de su propia elocuencia.