Entre balbuceos y palabras contradictorias y entrecortadas, intentamos decir aquello que merece ser dicho; sin tapujos, sin miedos ni remilgos. Lo procuramos con empeño, pero el acto del habla aparece cercenado, mediatizado y condenado. Por ello, sostenemos un silencio que nos culpabiliza, nos condena al ostracismo de lo proscritos y destensamos la cuerda para recuperar
Etiqueta: palabras
Tras unos cuantos años leyendo, pensando, sintiendo y escribiendo padezco lo que denominaría “el síndrome del sofista”. Este consistiría en el hartazgo de la palabrería, casi retórica, sobre todo cuanto ha sido objeto de mi inquietud, y respecto de lo cual, mastico con dificultad para poder digerir su disolución en el fluir de lo que
Quedarse sin voz por exceso de agitación interna, exige pausar las palabras.

