La vida es una danza sin un ritmo prestablecido, a menudo con la muerte. Quien baila con la parca se desliza peligrosamente hacia los límites de lo vivo, pero, al mirarla de frente y sostenerse erguido, el baile se convierte en un pulso constante cuyo desenlace, tarde o temprano, culmina con la disolución del osado
Etiqueta: coraje
Irradiamos porosamente nuestras emociones sin resquicios, aunque pretendamos, por un acto de voluntad, aparentar actitudes opuestas. La actitud está traspasada por los sentimientos y se expande espontáneamente si no estamos vigilantes y alertas de nosotros mismos. Las razones por las cuales nos sentimos exigidos a ocultarnos son diversas. Tendré en cuenta dos: la que se
A través de la cristalera límpida, oteo un empíreo grisáceo que me susurra: soy cielo, pero no paraíso. Y no hay alteración en mí ya que, arraigada a la ciénaga existencial, no percibo edén alguno. El cuadro que aparece contundente se aviene a la convicción de años, lustros y jornadas de indagación que han construido
En el silencio parece percibirse el estatismo perenne, como si cuanto hay fuese a restar igual. Una se siente engullida por esa quietud, cual infinito y monótono existir sin aliciente. Mas, tan solo es apariencia poseída de contundencia, que nos induce a dudar de si arribará un instante distinto, un punto de inflexión en el
La fragilidad es el cansancio de quien destaca por su coraje. Los otros pueden sentirse apocados.
Existir es deslizarse por una ciénaga grisácea, sin resortes estables, sin certezas; es, por tanto, un desafío, un reto a la voluntad y al coraje de dar forma a la existencia a riesgo de no atisbar ni un ápice de vida.
El pesimismo no es el resultado de una pasividad carente de coraje, sino la actitud de quien, como Sísifo, descubre la inutilidad de su empeño.
Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de
Vengo de un parque oculto donde se halla un tobogán desconocido. He ascendido las múltiples escaleras vertiginosos por las que hay que escalar para llegar a la cima, y allí, altiva pero sentada, trasero en base pero pies alocados en el aire, me he tirado por ese enorme tobogán por el que aún me desplazo;