El amanecer tan solo atenúa el temblor nocturno que se aloja en el recodo oscuro del alma. No cercena terrores, ni fantasías gestadas basándose en la existencia. Amanece para que nos repongamos, y resistamos el envite venidero.
Amanecer
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle