Quien da su vida por otros, aparece sinceramente disponible ante las necesidades ajenas, no como un mesías sino, como alguien compasivo y empático que se niega a vivir prescindiendo de las injusticias. Y es que, solo servimos de reparación a otro desde la humilde capacidad de padecer y sentir con él, por eso la com-pasión puede ser salvífica.
Dar la vida
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle
