Sabemos de los entresijos por los que atravesamos para hallar un lugar propio. Del tesón y la voluntad férrea que requiere esa búsqueda que presuponemos que tiene un final, en una estancia plácida y plástica en la que desplegar nuestro imprevisible devenir. Aunque, acaso en ese árido tránsito sospechemos que no hay lugar que nos corresponda, porque si así fuese nos tornaríamos existentes estáticos que hurgan escondrijos en los que protegerse, nunca espacios que nos pertenezcan por alguna suerte de orden cósmico. El estar en un emplazamiento, no delimita lo que queremos ser, que debería exceder los parámetros espacio-temporales, aunque aparezcamos encarcelados por ellos.
Estar y ser
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle