La sinfonía de la vida

No hay comentarios

La sinfonía que uno decide escuchar a lo largo de su periplo vital está compuesta también de acordes propios y genuinos que dan a esa música un tono particular: la tendencia a ritmos bruscos e inoportunos cuya estética es minimalista, o la inercia a una armonía pausada y estructurada que proporcione goce. La mediocridad de esa pieza musical solo puede ser enjuiciada por el único capaz de oírla y sentirla: su casi autor; así como su excepcionalidad que no residirá, por la idiosincrasia de la sinfonía de la que hablamos, en rasgos técnicos sino en el empaque, la sustancialidad y las ganas de vivir que produzcan en su pseudo-autor y su único auditor, es decir, uno mismo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s