Artículo de hoy en la Revista Humanum
El humano es un ser que se desliza entre dos límites: el nacimiento y la muerte. El intervalo de tiempo entre uno y otro constituye la existencia, que no vamos a problematizar como certera, porque de eso se ocupó suficientemente Descartes con más o menos pericia.
Respecto del nacimiento, el primer límite mencionado, es algo que nos sucede sin que nada podamos hacer, con un ingrediente de arbitrariedad, fruto de la genética que me genera a mí, y no a otro. Es decir, quien quiera que yo sea, solo he sido posible por una confluencia de factores que van desde el material genético de mis progenitores hasta el mismísimo momento de la fecundación.
De esta forma, dado que, contra el hecho de haber nacido, nada podemos hacer, ahora nos vemos abocados a manejar el inconveniente de haber nacido, parafraseando a Cioran. Y ese forcejeo con la existencia está trágicamente…
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