Los “cumpleaños, como todo, son efemérides que pueden ser percibidas desde amplias perspectivas. Personalmente, no me afecta acumular años, que ya es la fase en la que me hallo, porque tal vez tenga asumido el destino de todo humano, que no es otro que la muerte. Si los afrontamos como una celebración del día que vinimos al mundo, algo sobrevenido, azaroso, pues me resulta ácida esta festividad, porque siempre me he identificado con la frase de Cioran del “inconveniente de haber nacido”. Así que, por la parte que me corresponde, que hoy es toda, no percibo motivo de alegría, ni jolgorio. Y somos, la que suscribe la primera, tan mediocres, vulgares e infantiles, que lo que me motiva de este día son los regalos. Alguien pensará: ¡qué hipócrita consumista! Pues no, simplemente es un trauma infantil. El amargo recuerdo de no hacer del cumpleaños ni un día especial, ni recibir regalo alguno. En consecuencia, me fascinan las sorpresas de los que más quiero, esos detalles esperados e inesperados simultáneamente. Esa experiencia irreconocible de que hoy hay algún motivo que me hace especial, aunque si me detengo a pensar cuál es siga sin percibir motivo de regocijo. Pero los demás pueden hacerte sentir como nunca te habías sentido, y eso sí es muy especial.
Así, siempre pienso en mi interior: un año menos que me queda y un año más que he superado. Soy asquerosamente realista. Lo sé. Pero bien mirado ya no somos infantes que anhelábamos el cielo en un día como este. Cuando algunos, al contario de lo que desean inocentemente, reciben el infierno del vacío pues es difícil festejar el resto de tu vida, algo que en el fondo solo te acerca al final de este arbitrario acontecimiento que somos cada uno de nosotros.
Ana, otra vez feliz cumpleaños. Te dejo un fragmento de «Alfabeto» la poeta que sé que te gustaba, Inger Christensen (como si de un trozo de tarta se tratara o de aquel detalle inesperado que te hace ilusión recibir…).
la noche de junio existe, la noche de junio existe,
el cielo por fin como elevado a las alturas celestes
y al mismo tiempo descendido tan delicadamente
como cuando
los sueños pueden vislumbrarse antes de ser soñados;
un espacio como
esfumado, como saturado de blancura, un repique
intemporal de rocío e insectos, y nadie en
este verano fugitivo, nadie comprende que
el otoño existe, el regusto y la reflexión
existen, sólo esas vertiginosas filas
de ultrasonidos inquietos y la oreja de jade
del murciélago vuelta hacia el tictac de la niebla;
nunca había sido tan hermosa la inclinación del
globo terráqueo
nunca las noches blancas como el zinc tan blancas,
tan indefensamente disueltas, suavemente ionizadas
blancas, y nunca el límite de la invisibilidad tan casi
rozado; junio, junio, tus escaleras de Jacob
existen, tus bichos durmientes y sus sueños de sueño
existen, un revoloteo de gérmenes galácticos entre
la tierra tan terrenal y el cielo tan celestial,
el valle de lágrimas sereno, muy sereno, y el llanto
hundido, hundido, como las aguas freáticas de nuevo
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Graciassss Ada, creo que es uno de los regalos más bonitos que he tenido…!!!!!! Tengo que comprarme 3 libros de regalo por el cumple, ahora que nos han desconfinado algo más en Catalunya, iré este fin de semana, a ver si encuentro algo traducido de Inger Christensen…muchas gracias, de veras…..tengo pendiente ir a Madrid cuando el bichito se calme, mi hermano vive allí y un par de sobrinos. Te avisaré por si podemos echarnos un rato tomando algo, creo que vivías allí…
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