Contra los anglicismos o el imperialismo cultural

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En el decurso de una conversación con un compañero de fatigas —más bien diría: sangre, sudor y lágrimas— nuestras disquisiciones se vieron interceptadas por un paréntesis discursivo: ¿es equivalente el uso que se hacía antes de términos o locuciones latinas al que se hace en la actualidad de anglicismos? Mi interlocutor realizó esa aseveración bajo el supuesto de que era un postureo social que prestigiaba a quien era capaz de entorpecer el uso del castellano intercalando de forma excesiva términos ingleses. Mi reacción, porque fue como un salto reflejo impulsivo fue negarlo con rotundidad.

Tras reflexionar unos segundos la respuesta brotó como si llevase tiempo meditándola —debía ser de esas ideas que quedan amagadas en el preconsciente y que emergen ante un estímulo—. Esta fue, sin duda, que no eran usos equivalentes. ¿Por qué? El uso de cultismos, palabras de raíz grecolatinas o incluso locuciones, respondía a la voluntad de expresar con cierto rigor determinadas ideas que quedaban manifiestamente expresadas mediante el uso de esos términos; cierto es que se producía en ámbitos de cierto prestigio intelectual y que conferían a quien los usaba un toque de ilustrado. En cualquier caso, lo que se producía era la recuperación etimológica del rastro lingüístico y cultural del que procede el castellano —en el caso que nos ocupa— para que su uso semántico fuese más originario y clarificador.

La introducción excesiva de anglicismos en la actualidad responde a otras razones. Una sería el mayor acceso que hoy en día se tiene del aprendizaje de otras lenguas, con predominancia evidente del inglés —recordemos que los “hijo” del franquismo fuimos educados para el analfabetismo en la adquisición de otras lenguas, con el fin de garantizar nuestro aislamiento político y cultural—, y otra, tal vez preocupante, es lo que podemos denominar el imperialismo cultural anglosajón producido a partir del dominio político-económico de décadas de América del Norte. Este se ha incrustado en nuestra sociedad hasta tal punto que, entre los jóvenes, la interiorización de anglicismos para referirse a formas de conducta o de comunicación a través de las redes sociales es semánticamente más ilustrativa en inglés que en castellano, teniendo incluso dificultades para encontrar un término o expresión equivalente en la lengua propia.

Lo problemático de este fenómeno no es únicamente el empobrecimiento de una lengua mucho más rica en matices y recursos que la inglesa, sino que la lengua que se va imponiendo como relevante en una determinada generación para manifestar fenómenos propios de esta, no solo menoscaba como ya hemos dicho el castellano, sino que configura, conforma y produce la interiorización de formas de comprender y mirar el mundo. Es un atropello y una imposición sibilina de un pensamiento único —del que tanto se ha escrito— que va en contra de la diversidad de concepciones y de la misma capacidad de conceptualizar el mundo de formas más heterodoxas. Así, tenemos como resultado una generación de jóvenes, entre los más “cultivados” que utilizan anglicismos con la convicción de que eso evidencia su grado de capacitación cultural, sin poseer conciencia alguna de la sumisión inherente a esa costumbre deplorable.

Cabe mencionar, que esto no solo está sucediendo entre los jóvenes porque han estudiado inglés y están influidos por las redes, sino que patéticamente me tropiezo a menudo con gente de mi generación que, habiendo aprendido la lengua ajena de forma anticipada o a posteriori, se han unido acríticamente a ese hábito como si manifestase algo sobre su ilustración o nivel cultural y capacitación intelectual. Esto último es más deplorable aún.

Bien, pues para sintetizar haría un llamamiento a que cada uno utilice su lengua arraigada a un origen diferente de las lenguas anglosajonas que se están imponiendo como la lengua universal de comunicación, y lo que es peor está perforando lo propio y genuino de otras lenguas. Expulsemos, en consecuencia, los anglicismos de nuestras lenguas que son más que autosuficientes y constituyen no solo un patrimonio cultural, sino una forma peculiar de concebir el mundo.

Plural: 14 comentarios en “Contra los anglicismos o el imperialismo cultural”

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo. No soporto la constante introducción a martillazos de barbarismos en nuestro idioma.
    De hecho ya lo mencioné hace años en mi blog.
    https://carlosusin.blogspot.com/2013/04/el-espanol-y-las-nuevas-tecnologias.html
    Me he convertido en un nacionalista del español, pero no frente a otras lenguas de nuestras regiones. De hecho, me encantan los acentos. Mi lucha es contra los anglicismos, algo que he tenido que sufrir en la informática.

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  2. Los latinoamericanos tenemos otra relación con la lengua. Al fin y al cabo, que se hable castellano aquí es resultado del imperialismo (no del imperialismo cultural, sino del imperialismo puro y duro). Estamos acostumbrados a la mezcla. Pondría en cuestión lo de la autosuficiencia de las lenguas, sobre todo si observamos que esa autosuficiencia se ha ido conformando históricamente a partir de la incorporación constante de vocablos y expresiones de otras lenguas. Considero que lo valioso de las lenguas no es que expresen una peculiar forma de concebir el mundo, sino que pueden expresar varias. En última instancia, corresponde a los hablantes decidir si necesitan o no incorporar tales o cuales vocablos, como ha sucedido siempre. A mí me gusta más «pausa» que «break», pero es sólo mi opinión. Te agradezco tus reflexiones, siempre un gusto leerlas. ¡Saludos!

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    1. Supongo que la perspectiva es distinta y eso, tal vez, redunde en lo que intento transmitir: El imperalismo puro y duro devastó formas de vida genuinas de manera explícita y mediante la fuerza. Aquí en España, tras no tener acceso al aprendizaje de otras lenguas -incluso algunas de las que existen excepto el castellano estaban prohibidas- se está experimentando un momento en el que las nuevas generaciones saben inglés y el uso de anglicismo está de moda como forma de aparentar un cierto rango social. En este sentido y aunque el castellano en España no solo es resulatdo de su lengua madre que es el latín, sino que hemos tenido influjos del griego, el árabe….incorporar en la lengua incluso oral el uso continuado de palabras inglesas va en detrimento de la riqueza del castellano, porque las nuevas generaciones desconocen qué palabra de su lengua materna es igual de expresiva para decir lo que están acostumbrados a hacerlo en inglés, como si no existiera un equivalente incluso más ajustado a la forma de vida de una cultura mediterránea. Entiendo que vuestra relación con ambas lenguas sea diferente, sois víctimas de las dos grandes culturas que se impusieron en América, la española y la inglesa, Siempre he denunciado el saqueo y genocidio que s ecometió en América, en ese sentido nada que añadir. Quizás mi escrito está marcado por una sociedad que salió del granquismo y empezó a oxigenarse, lo cual no significa acabar perdiendo la riqueza de la propia lengua…Gracias por comentar y leerme!!!!

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    2. España no ejerció ningún «imperialismo» lingüístico sobre América, infórmese bien por favor…de hecho se priorizaron las lenguas indígenas en la evangelización, si se habla español en la mayoríad de Venezuela, Argentina, México, Perú …es porque las oligarquías criollas lo impusieron después de las independencias para cohesionar el territorio…

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  3. Muy buen artículo. No son sólo palabras, sino que encarnan también unos valores, unos estilos de vida que, desde la metrópolis de la cultura USA va deslizándose, hasta que la interiorizamos. A veces es bastante esperpéntico este mundo de likes, haters, fake news, cool. Es inglés de aeropuerto, pragmático y funcional. ¿Cuántos de esos que salpican cada conversación de anglicismos habrán leído a Poe en su idioma? (O en cualquier otro). Saludos.

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  4. En México fácilmente podría decir que más del 75% de la población, en especial jóvenes o gente de nivel socioeconómico alto (o que quieren pretender serlo), hablan así, en spanglish. Es lamentable escucharlos hablar así, es lamentable que pongan más ahínco en aprender lo mejor posible el inglés que el idioma con el que nacieron.

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    1. Yo escribí un post sobre el tema mostrando mi desacuerdo, pero si les damos voz debemis respetar su forma de expresarse sino no hay dialogo generacional. Me parece más grave en las genetaciones maduritas que lo hacen por postureo. Ellos los de clase media alta entre interney, lad series y que desde los tres años estudian inglés, pues es lo q hay. Lo cual no quita que considero como tú que empobrece la lengua propia y están sometidos a un imperialismo cultural del q no sonn cconscientes. Aunque intetcambian en inglés con jóvenes de otras lenguas. Gracias por leer y comentar

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