No hay experiencia que no pula o, incluso, socave nuestra mente. Su plasticidad nos permite moldearnos, sin excesiva virulencia, a fin de adaptarnos al entorno inmediato y mediato en el que hemos caído. Ahora bien, así como lo recibido y dado por los otros con afecto y amor nos eleva como individuos hasta el máximo
Etiqueta: personalidad
Nadie puede dar lo que no tiene. Parece una verdad de Perogrullo. Pero quizás ocurre que constatamos haber inoculado en nuestros hijos aquello que creemos no poseer ¿de dónde procede ese recurso beneficioso? Diría que de esa íntima guarida protegida que nos permitió sobrevivir a nosotros mismos.
Si la base sobre la que se construye la personalidad es una marea de confusiones, es propio que devengan otras tan arraigadas como las originarias. En esa barahúnda, el yo no posee una trama sobre la que sostenerse y vacilante deambula sin hallar reposo ni lugar propio. De ahí nacen desencuentros con los otros,
