Desgracias

No hay comentarios

Hay quien parece acopiar desgracias severas: por azar, sin voluntad ni intervención alguna, deviene un repudiado, aislado, eludido, apartado que deambula con conciencia, o sin ella, por ese patíbulo arbitrario.

La conciencia le aportaría un sufrir inconsolable, la inconsciencia un sinsentido paralelo que le induciría a musitar incesantemente: ¿por qué?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s