“Inquietante es el nombre que se da hoy al núcleo siniestro del prójimo: todo prójimo es en última instancia inquietante”
Adam Kotsko
La razón, afirma Zîzêk, es la impenetrabilidad del deseo que sostiene los actos del otro. La sospecha dañina aparece ante la posibilidad de que las acciones del prójimo no estén motivadas por lo que él muestra como razón evidente. En estas condiciones se pulveriza la confianza y toda colaboración o paco. Imaginemos las consecuencias que pueden producirse cuando esta oposición se da en las relaciones familiares.