El teje y maneje que se traen los distintos gobiernos que van pasando por nuestra pésima democracia con la Filosofía ha llegado al límite de lo tolerable. Parece que el criterio para fijarla o eliminarla del currículum sea el juego de “verdad o susto”. Si eliges verdad, te ves obligado a reconocer que nadie la quiere, realmente, y que funciona como un mercado de compra de votos. Si eliges susto, se revela la verdad y te das certera cuenta de que una materia destinada a recuperar las raíces y la autocrítica del pensamiento occidental no conviene en una sociedad cuya falsa felicidad está depositada en el culto al consumo.
Así es que, los profesores sienten un mareo que les provoca el vómito y estamos educando una generación desigual en relación a su acceso a los entresijos de la cultura, cuya base es el pensamiento y la disquisición filosófica.
Este cachondeo curricular desprestigia el quehacer filosófico ya que es la materia con más ondulación en la educación formal: aquella de la que se puede prescindir sin pudor, y aquella que puede ser recuperada no por convicción –porque esto ya no se lo cree nadie- sino por estrategia política.
En síntesis, una verdad o un susto entre los que no cabe elegir porque su estabilidad es tan perdurable como el gobierno que esté en el poder ¿No debería serla educación un sistema con una cierta estabilidad que permita trabajar con sentido a los educadores?
Es cierto lo que dices, pero esa estabilidad en materias como filosofía o latín y griego, que son las que me tocan de cerca, es una utopía. Llevan tanto tiempo tomándonos el pelo que casi me acostumbro. Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, o saben muy bienlo que hacen o son unos ignorantes,…no veo más opciones
Me gustaLe gusta a 1 persona