No puedo, ni por tanto debo, por falta de sentido, felicitar la navidad. Entiendo que ha pasado a ser una tradición vacía de significado religioso para la mayoría de la sociedad y, en consecuencia, aparte de disponer de vacaciones y de agasajarnos mutuamente con regalos, no percibo que haya motivo alguno de felicitación para todos los que hemos prescindido de todo sentido trascendente cristiano.
Desde mí, sería un acto de incongruencia e hipocresía acrítica que solo contribuiría a la perpetuidad de unes fiestas que, quizás, deberían recuperar los cristianos como propia, de la misma manera que otras religiones se apropian de sus rituales. Los demás tan solo nos sumamos, por haber interiorizado una tradición, al juego consumista desproporcionado en el que se han convertido estos días.
Así es que constatando que la navidad es, desde una perspectiva económica, lo contrario de lo que debería ser, ya que entiendo que por la pobreza en que se dice que vino Jesús al mundo, debería ser un canto a la austeridad de los que tienen, en favor de los desposeídos, me abstengo de felicitarnos por desvirtuar sin ningún pudor algo en la que gran parte de la sociedad ya no cree –en el sentido coherente de creencia- Pido, eso sí, disculpas a aquellos para los que la navidad tiene un sentido profundamente cristiano e intentan pasar estos días de forma coherente –que desconozco en qué consiste-
Me guardo, por lo tanto, las felicitaciones para todos en vistas al nuevo año, que es un tránsito que a todos nos pertenece en gran parte del globo terráqueo.
Impecable.
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Suscribo cada palabra.
Un abrazo
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Reblogueó esto en crist49il.
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Gracias por la coherencia.
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