Reblogueo esta entrada de JUAN JOSÉ IPAR que habla de la SEDUCCIÓN, una cuestión que abordé hace unos días. El desde una perspectiva psicoanalítica, gracias
(Ὁ τετράλογος)
2021
Caído el Psicoanálisis, por el momento nos queda como actividad remanente casi exclusiva volver a la observación psicológica y al estudio de los caracteres humanos, cantera inagotable para breves monografías como la que sigue. Un paciente joven algo amedrentado ante sus amistades femeninas y con razonables y esporádicas reticencias eréctiles trasmite un pequeño descubrimiento que ha hecho: cierta vez, estando en plena actividad erótica, se dio cuenta de que, si se enroscaba en la idea de estar enamorado de la señorita que tenía delante, su tonicidad fálica aumentaba notoria y satisfactoriamente y, si no, menguaba tan notoria como insatisfactoriamente. Lo destacable era que, aun sufriendo un tanto, el sujeto podía ensayar y migrar de una posición a otra, verificando las diferencias. Comenta todo esto en sesión y, sin proponérselo, arrojó cierta luz sobre qué puede tener un seductor en la cabeza. La cuestión de fondo para…
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