Los filósofos estamos, como es obvio, hundidos en las miserias y las virtudes propias de cualquier ser humano. Nos arrastra la pasión, la ceguera de creer que hemos dado con la verdad, esa supuesta verdad de la que no puede exponerse un fundamento sustentable. Esta imposibilidad es consecuencia de que cualquier trascendencia es un supuesto más; y si miramos hacia el mundo rebuscando unos cimientos sólidos de una determinada verdad, nos apercibimos de que ésta ha quedado licuada en una diversidad de perspectivas que aportan con consistencias inconmensurables esas verdades que cada grupúsculo cree poseer.
No obstante, los filósofos —y destaco que hasta ahora no he hablado de la Filosofía— asumen, en su ejercicio como tales, unas responsabilidades con la comunidad en la que están inmersos. Hoy, en un mundo globalizado esa comunidad es lo que se ha denominado la aldea global. ¿Cuál es o en qué sentido los filósofos tienen responsabilidad social?
Entendiendo, ahora sí, que la filosofía es una acción perpetua de análisis de lo que damos en llamar real, para desvelar los mecanismos ocultos que operan, hacernos conscientes de ellos y poder decidir con una actitud crítica y reflexiva, el filósofo, como aquel que aspira al saber, tiene una labor de deconstrucción, e incluso de generar alternativas de construcción, en pro de un lugar más amable para que los individuos puedan desplegarse en el sentido que elijan. De esta manera, me atrevería a afirmar que el filósofo no puede caer en la enredadera de una ideología que cercene su capacidad de rebuscar, sin ningún tipo de supuestos incuestionables, formas sociales y económicas en la que los individuos puedan ser actores de su propia existencia, y por tanto sujetos que piensan, eligen y actúan.
Que un filósofo se deje atrapar por una ideología provoca que pierda la distancia con el mundo, que lo objetive y que cuestione lo que se muestra como obvio y lo no-obvio, ya que tanto un factor como otro conforman nuestra cosmovisión.
Sería una arrogancia negar por parte de cualquier filósofo que parte de nuestro esfuerzo mental consiste en desprendernos de esos filtros ideológicos que nos muestra una perspectiva del mundo como si fuese la perspectiva única. No es tarea menor ni sencilla, para cualquiera que aspire a ejercer de filósofo, lograr esa distancia que nos permita mirar el objeto en todas sus dimensiones porque, como establecía al principio, los filósofos son humanos prisioneros de sus filias y fobias, sus prejuicios, que como ya hemos visto no tienen, en absoluto, cabida en una disquisición que aspire a constituir una discursividad filosófica.
Sin embargo, caer en las profundidades de una ideología que como tal tiende al dogmatismo es lo más natural que puede sucederle a cualquier individuo. Por eso el filósofo tiene una doble tarea: la autocrítica y la toma de consciencia de lo propios prejuicios y supuestos, y la crítica, desde una posición lo menos afectable posible por su propio discurso interno y por la diversidad de los que fluyen en su entorno.
El filósofo que no inicia su deconstrucción desde su interior difícilmente será capaz de deconstruir o desgajar los montajes socioculturales, políticos y económicos, que le permitan ser esa voz de la conciencia social que, al menos, cuestione los mismísimos cimientos de nuestro mundo.
Realmente interesante la reflexión, y cumple su objetivo, agitar, arrojar una piedra en un lago tranquilo y contemplar las ondas expandirse.
No sé si la labor del filósofo implica «esforzarse en», sino, mejor aún, «no esforzarse en» lo siento más acorde con el ilustre desempeño. Me explico: Existe el símil del buscador de conocimiento que se acerca a la orilla del mar a recoger agua con un recipiente. Más grande es el cubo más cantidad de agua puede llevar consigo. El océano no le pide nada a cambio, simplemente está ahí en una disponibilidad absoluta, no es tacaño con lo que ofrece, regala siempre sin límite todo lo que uno pueda recoger. La limitación la lleva consigo el que busca y en su ignorancia culpa al mar de lo poco que este le da ¿De quién es el esfuerzo, o debería serlo? Cada uno ofrece/recibe en función de la capacidad del otro, yo diría que sin esfuerzo.
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«Filósofo que este libre de ideología aviente el primer aforismo»… Es difícil romper con los propios demonios y limitaciones de nuestra deformación personal, la tentación de utilizar a la filosofía para impulsar o rebatir lo que creemos y despreciamos es grande…Ya lo dijo el maestro Cioran ( aunque se enoje el gremio) Los filósofos tienen mucho en común con las prostitutas, ya que al cliente lo que pide ( para fraseando al maestro claro esta) , tenemos argumentos a favor y en contra de todo tema…y otro riesgo: «La exquisitez del lenguaje», ese afán del Filósofo por el argumento verdadero, válido y que sea perfecto….que cual figura de origami al jalar la cola mueva las alas…en fin hoy le toco descansar a mi otro Yo…así estamos a más seguros…creo…
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Tu yo tampoco se queda corto.. Jajaja
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Claro está que la ideologización de la realidad se nos está imponiendo por todas partes. A diferencia de la idea althuseriana del fin de las ideologías , hoy pensar en muchas ocasiones es convertirse uno en pozo de ideología. La filosofía claro deconstruye en ese análisis los fundamentos acríticos de un modelo cerrado y dogmático como representa cualquier ideología. Sin embardo el papel o la función del filósofo , no debería presentarse como salvación de algo o de alguien . Quien hace filosofía en el fondo debe estar abierto a perderse . En esa batalla esa tarea de la responsabilidad social en aras de una comunidad como espacio de lo común , como que me parece que no sirve de mucho . Precisamente diría yo que con la filosofía andamos muy cojos de comunidad global .
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Bastante cojos
…. Gracias!!
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¿ O sea cómo? Habría que exorcizar a los filósofos sobre sus ideologías y corrientes motoras? ¿Por qué no dotarlos de Netflix y encerrarlos en un cuarto acolchonado? Para que no causen daño a la humana ignorancia…Tan entretenidos el tik tok, el facebook y los memes….Me censuran…pero siempre encuentro por donde colarme para denunciar a esos falsos profetas llamados filósofos…¡tan amenos que eran los actos de fe para quemar en leña verde a esos subversivos…!
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Una disculpa…mis otros Yo andan desatados…besos al vacío desde el vacío
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