REVISIÓN DE UN TEXTO DE MARZO DE 2017
Que un dolor no pueda ser re-conocido por nadie más que por quien lo padece, que a quien sufre se le diga que no es re-conocible su dolor, le condena al pozo de la soledad más cruda, al silencio impuesto por la incomprensión. Ya, en esa guarida húmeda, se recrudecen las ausencias y los silencios reverberan sonidos sordos.
De esta forma, hay entre el dolor y la soledad un nexo férreo que acaba produciendo la incrustación de ambos. Y en esa fusión, en esa condena, es difícil dirimir qué fue antes si la soledad o el dolor.
No obstante, más allá de huevos y gallinas, lo significativo para el sujeto que se siente borboteando sufrimiento en un aislamiento – a la vez fáctico y subjetivo- desesperante consiste en hallar un hil[1] de com-pasión ajena, que le otorgue la posibilidad de aferrarse y anudarse a ese lazo frágil, pero lazo, tendido por el Otro. Nadie vive en soledad, tal vez pueda subsistir, pero nunca desplegar su idiosincrasia singular como ser humano.
[1] Hil: de origen latino hílum, significa hebra
El dolor, tanto físico como moral, es una estrategia de la naturaleza para la supervivencia. Frente a ´él existen dos posibles reacciones: la pasiva, consistente en regodearse en él esperando que algún factor externo nos libere (actitud que conduce indefectiblemente al desastre) y la proactiva, consistente en aceptarlo y buscar el modo de superarlo por los propios medios.
Si el doliente espera que los demás le saquen de su pozo entra en una espiral autorreferencial, autodestructiva y depresiva y se hunde cada vez más alejándose de su posible salvación. La debilidad y la autocompasión no conducen a ningún lugar bueno. Los lazos, indudablemente necesarios, han de construirse, a mi juicio, desde la voluntad propia de sobrevivir, desde la fortaleza personal.
Estamos muy mal educados en estos tiempos de narcisismo exacerbado. Crecemos débiles y esperando la aprobación externa en lugar de aprender desde pequeños a ganarla mediante nuestros hechos y virtudes. Por eso estamos en decadencia como sociedad y, me atrevería a decir, como especie.
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Chacun échappant à l’autre non par indifférence mais désaffiliation la solitude trouvera par hasard de la compassion sans fondement étant donné que le hasard n’existe pas. Ce qui tenait de l’humanisme vertueux n’a plus d’existence. Je suis démerde-toi…
Bonne journée Ana
Alain
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me duele…por lo tanto existo….es una forma de conciencia de mi existencia, pues rara vez sabemos que estamos vivimos mientras nada duele…
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¡Siempre con estás reflexiones tan….! ¿Cómo describirlas? ¿masoquistas? ¿nihilistas? ¿de agruras metafísicas? ¿ Es mucho pedir mis estimados filósofos que se tomen el día y nos dejen con nuestra bendita ignorancia? Mi otro Yo que no se cansa de intentar demoler el edificio filosófico…sorry
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Jajaja…. No sé quién eres pero tendriamos q conocernos
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¿ A quién quisieras conocer? ¿ A mi o a mis otros Yo? ….besos al vacío desde el vacío
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A todos!!!!!!
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