Del breve encuentro -una hora- que colgué ayer entre Judith Butler y Fina Birulés, a las cuales admiro, aunque no necesariamente coincida plenamente en todos sus planteamientos, entiendo que cabe destacar el concepto de mundo que Birulés asume de Arendt y la cuestión de la gramática que, nuevamente Birulés, trajo a colación a raíz del