Vagabundeando por una urbe, nada desangelada, nos internamos sinuosamente entre los unos y los otros, perdiendo la mismidad, que nos apresuramos a restablecer huyendo del gentío hacia la cueva sagrada de nuestra identidad.
DISQUISICIONES DESDE EL ABISMO
Vagabundeando por una urbe, nada desangelada, nos internamos sinuosamente entre los unos y los otros, perdiendo la mismidad, que nos apresuramos a restablecer huyendo del gentío hacia la cueva sagrada de nuestra identidad.