Tendemos a sentenciar y a enjuiciar la actividad ajena, sin pudor ni asomo de elegancia, prescindiendo de si lo hacemos en público o en privado y con posibilidad de argumentación. De esta forma la opinión puede sesgar injustamente un esfuerzo que queda decapitado en el sótano de los fracasos ocultos. Sea acertado o no el
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El S.XXI puede ser el momento en que el pensamiento como estructura racional organizada quede definitivamente dinamitado, por ser una forma rígida que atenaza la mirada diversa del mundo y permite doblegarlo otorgando certeza al dominio que el hombre ejerce sobre él. De hecho, parece que fue posible matar a Dios porque idolatramos en su
Mi pensamiento no se produce como un proceso, sino como un resultado, un residuo. Es lo que queda después de la fermentación, los desechos, el poso. E.Cioran. “Conversaciones” Desmenuzar lo problemático para obtener respuesta, y dar con ese poso que no puede ser más que depósito desesperado.
http://www.fragmenta.cat/ca/cataleg/assaig/605089 Con motivo de la publicación de la obra de J.C.Mèlich «la prosa de la vida. Fragments filosòfics II» Cierto es que cada época encaja sus retos con un lenguaje propio y aunque se asemeje a otro ya pasado, debemos asumir que los matices son, de facto, casi sustanciales. Así pues lo fragmentario no
La realidad[1] se muestra, a veces, excesiva. Como una tragedia descarnada que se hace insoportable, para quien posee una naturaleza escasamente dotada para soportar tanto desgarramiento. Por eso, la imaginación como amiga temerosa nos previene de lo más terrorífico, como por ejemplo que “sea nuestra madre la loca que va por los pasillos blancos con
La democracia es el gran teatro de la política que se atasca procedimentalmente cuando alguien cree que el asunto va en serio. Mientras funciona como el juego político que los ciudadanos observan esperando su turno, se torna una representación casi verídica. Pero en el momento en el que interfieren sujetos descontextualizados que presuponen estar participando
Qué pelmazos somos. Regurgitamos cuatro ideas que vamos obsesivamente alternando, como si la mente no tuviera capacidad de digerir más. Será nuestra pobreza cultural –en parte sí- el carrusel monotemático en el que estamos inmersos, el sometimiento social que tan suavemente nos acalla, la fragilidad ante el dolor, el cansancio del esfuerzo. O simplemente plomazos.
La filosofía es, por supuesto, inacabada. Así lo afirma desde una perspectiva, una fragmentación más, la filosofía del reconocimiento que la entiende como un dinamismo de reconocimiento dialéctico continuo. Marina Garcés dedica un libro[1] a consagrar su convicción de que hoy la filosofía no es un relato lineal ubicado perfectamente en la linealidad de la
Cuando el objetivo de nuestras vidas es la felicidad, una ansiedad nociva se ha disparado en nuestro interior. La existencia, como misterio que vamos aprehendiendo por la experiencia, no admite fines ulteriores que exigirían una comprensión global de su naturaleza. En la medida en que forzamos un sentido vital sin poseer el conocimiento de qué
En ocasiones resulta tedioso afrontar nuevamente la crítica de textos publicados, que resulta un fraude, pero que funcionan en el mercado como libros divulgativos de prestigio, hasta el punto que pasan a formar parte de referencias más ilustradas. Quizás sea el cansancio de constatar que lo evidente, para los que debería serlo, se ha desvanecido