Si al escribir, el poeta, el filósofo, el literato,… zanjaran toda distinción entre su yo escribiente y su yo biográfico, o tal vez diríamos existencial, nada, de los vertido desde esa mente única, sería de interés. Hay quien confunde y reduce el primer nivel al segundo, fusionando lo escrito con el escritor. Por otro lado hay quien pretende una escisión tal, que escribir sería algo así como producir objetos en serie.
“Ni tanto, ni tan calvo”, como diría el refranero popular, nadie crea sin recrear y dejar su impronta, a la vez que su pretensión es destacar aquello tan terriblemente singular que necesariamente deviene, por sensiblemente humano, más universal de lo que sospechábamos. Así se establecen las bases de una reflexión y una búsqueda sobre lo fundamental.