Tus verdaderos educadores y maestros te harán saber cuál es la razón y la materia primigenia de tu ser, aquello que en absoluto se puede enseñar o inculcar, algo que dificilment se alcanza, algo que yace aplastado e inmóvil dentro de ti. Tus educadores no pueden ser sino tus liberadores. Y éste es el secreto de toda educación. La verdadera educación remueve las malezas, los escombros, la enfermedad que ataca los brotes tiernos de las plantas, es derramamiento de luz y de calor, suave lluvia al anochecer, imitación y adoración de la naturaleza en sus sentimientos maternales y misericordiosos; es sublimar a ésta, cuando la cultura cubre con un velo sus arrebatos de crueldad e indiferencia.
F.Nietzsche, Schopenhauer, como educador.