Stefan Zweig en su”Novela de ajedrez” nos presenta, a través de una trama simple, la imbricación que se produce al encarcelar a un individuo solo en una pequeña celda y la propia cárcel mental en la que el asunto deriva, por muy intensa que sea la voluntad de autocontrol.
Como la mayoría de sus escritos hace referencia, en algún momento, a las devastadoras vidas de los que sufrieron la II guerra mundial. Sin que a lo largo de la trama esta sea la cuestión esencial, sí que, a consecuencia, de la detención y encarcelación de uno de los personajes principales, Zweig realiza una narración fina, sutil y excepcional del deterioro mental del señor B que busca escapatoria en el ajedrez para evitar el pánico del aislamiento al que se ve sometido.
Obviamente, el juego se desarrolla entre blancas y negras mentalmente, al no disponer de tablero ni piezas, ni oponente alguno. Él contra sí mismo.
Alegoría de la existencia en la que nos situamos siempre frente al espejo, y esta confrontación con nuestra esfera “blanca”, templada y serena que toma siempre la iniciativa, con nuestra parte oscura, “la negras”, que reaccionan a nuestras querencias poniendo obstáculos a veces insalvables.
Podemos pues descarrilar y convertirnos en obsesivos compulsivos, sin capacidad de centrar la atención más que en nuestro yo, o vencer finalmente la partida extirpando nuestras trampas mentales.
Brillante.
Stefan Zweig,Novela de Ajedrez,Ed. Acantilado,Barcelona 2001