Un suicidio político es aquel, indefectiblemente acontecido, por presiones o maltratos de las instituciones sociales y políticas que condenan al individuo a una vida que no le es propia. Otros, y aunque siempre en última instancia podemos remitirnos a circunstancias sociales, proceden de factores endógenos que generan sufrimiento y dolor, cuando en apariencia no hay desencadenantes identificables. No obstante, no podemos olvidar nunca que el hombre es un ser cultural.