El Tribunal Supremo, como máximo ente de “justicia”, no se ha ruborizado al evidenciar quién manda: el poder económico ¿Alguien tiene alguna duda? El Estado de Derecho ha caído fulminado, deslegitimando las leyes a las que ¿quién tiene autoridad moral para exigir al ciudadano que las acate? Creí, hasta ayer, que no había gestos absolutos, ahora palpo con náuseas la excrecencia de un apéndice sobrevenido, que no es tal, sino el núcleo definitivo del “poder” judicial.