Cuando la desesperación se apodera del negruzco horizonte, se asenderea el abismo que no es vía alguna transitable, sino la inmaterialidad incomprensible que se revela como el vacío más punzante. Ubicados en ese casi letal laberinto mental no nos queda más que entregarnos a la abisal realidad o lograr amortiguar con lenitivos y engaños ese sino gravemente humano.
Abismo
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle