Despunta el daño insistentemente infringido que la mente se ocasiona a sí misma. Una práctica interiorizada rebosante de culpa por un delito sin identificar.
Ese océano de posibles motivos desborda cualquier posibilidad de redención, porque cuando se desconoce en qué se ha errado maliciosamente –sino ¿qué justifica la culpa?- se vaga a perpetuidad en el desierto de la desolación. Cabizbajo y mohíno se apenca con una mala voluntad que se nos antoja ajena, a ratos, pero que ha calcificado la estructura de quien somos.
Diríase que no hay escapatoria para quien así se halla. No obstante, siendo algo inconcebible esa ausencia de conciencia del yerro acometido, ¿No sería conveniente dilucidar en qué consistió el pecado original? ¿No sería liberador para el individuo conocer la naturaleza de su acto malévolo? ¿No facilitaría la reparación de su falta y la mitigación progresiva de esa culpa oceánica que lo asfixia?
Como el Sísifo de Camus, parecemos condenados al esfuerzo y el fracaso cíclicos. De ahí que el pensador francés considerara la pregunta crucial de la Filosofía ¿Por qué no me suicido?
En un sentido similar Nietzsche –y lo parafraseo- ya había advertido que él llegaba para filosofar a martillazos, es decir, derrocando los prejuicios y las creencias que solo servían para legitimar la fragilidad humana.
Así, este artículo no pretende victimizar, ni apiadarse del individuo torturado por la culpa, sino cuestionar, desvelar, destrozar los supuestos que parecen legitimar determinadas concepciones de la propia existencia, que nos hacen la vida insoportables.
Desmantelar de cargas infinitas infundadas una existencia que constituye un reto para todo humano. Por eso, un martillo que sirva como herramienta para derruir creencias que nos llevan a asumirnos como un Sísifo irremediable, sea quizás un gesto de liberación de lo que no nos corresponde.
Y en verdad…. buscamos liberarnos? Al parecer nos hemos asumido como esa pasión inútil unida a la piedra y a la colina de Sísifo… besos al vacío
Me gustaMe gusta
Creo que lo anhelamos aunque no me parezca posible
Me gustaLe gusta a 1 persona