Publicado hoy en MASTICADORESFOCUS
MARTHA C. NUSSBAUM. 24/05/2020
La tradición cosmopolita defendía una dignidad humana total, independiente del origen, el estatus o el género de cada cual. Martha C. Nussbaum analiza aquel ideal noble nacido con Diógenes
Una vez preguntaron a Diógenes el Cínico de dónde venía y él respondió con una sola palabra: kosmopolitês, “ciudadano del mundo”. Podría decirse que aquel momento, ficticio o no, fue el acto fundacional de la larga tradición del pensamiento político cosmopolita en la herencia occidental. Un varón griego rechaza la invitación a definirse por su estirpe, su ciudad, su clase social, su condición de hombre libre o incluso su género. Insiste en definirse atendiendo a una característica que comparte con todos los demás seres humanos, hombres y mujeres, griegos y no griegos, esclavos y libres. Y al caracterizarse a sí mismo, no ya como habitante del mundo, sino incluso como “ciudadano” de este, Diógenes…
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Me gusta mucho ese concepto y la idea de sentirse «ciudadano del mundo». Buena tarde
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