La vida nos aguijonea cínicamente. Tras haber escrito esta misiva ficticia fallecieron dos personas muy queridas para mí: Pep Sindreu y Montserrat Bassas. Tengo que releerlo, porque no sé si sería la carta que les escribiría, de hecho supongo que no; sobre todo, por esa distancia que se muestra en un relato dirigido a nadie en particular. Gracias a POLISEMIA por volver a contar conmigo.
