Quedarse sin palabras sucede, al menos, en dos situaciones: cuando uno no tiene, ciertamente, nada que decir, o bien, cuando se espesa tanto la mente en sus cavilas que unas ideas tropiezan con otras, se enredan y no hay ya orden, ni jerarquía, ni forma de hallar palabra alguna que haga justicia al pensar. Enmarañada nuestra psique de tal manera que ni dice, ni puede escuchar e interiorizar nada de lo que otros dicen. Estamos entonces en un solipsismo por colapso, no porque dudemos de cuanto hay o no fuera de nuestro yo, sino porque restamos atrapados en la infertilidad de quien no interactúa por desbordamiento. Quizás, este estado es resultado de un cansancio mental debido al exceso, a no ceder en el ansia de adquirir otras perspectivas, antes de haber integrado lo que ya se posee. Algo parecido, pues, a un empacho que nos provoca el vómito de lo sobrante. Aunque si vomitamos en palabras lo no interiorizados es probable que solo enunciemos necedades.

So pena no hemos dejado obliterar la fluidez fricativa palatal interdental encauce exacto con el vocabulario que desciende estrepitosamente hacia la mismísima laguna Estigia en alegoría de Umberto Eco cuya exactitud, inefable en la contemporaneidad, la del lector modelo que antaño cavilaba in fábula, sin trastabillar, durante los paseos inferenciales, hoy incógnita sin develar por la horrenda servidumbre de la simplicidad con que ha respondido un terrateniente converso en triste huésped del imperio y sus ferias de remate de poderío mágicamente enarbolado para el mamífero cuadrúpedo no placentario… Jamás humano…
Quién donó su hígado al castigo del Cáucaso por tesoro divino semilla de fuego en tallo de hinojo trasladado… Hoy diría… O hígado del siglo y de las cifras… No soy más que un mesías de estirpe jesusito…
Los lapsus linguae, no son hoy la actitud despistada del que, en artísticas elucubraciones, cual James Joyce y el capítulo del Ulises, exento de signos de puntuación, pedido como turco en la neblina, empero gozando en la orgásmica hipérbole que desordena la sintagmática tampoco responden al milagro que hubiera de connotar el atiborre de información en sobre solapas del concepto difuminado o aprisionado a expensas del bagaje supeditado al principio de entropía ni a la discriminación que obrará en fieltros.de Sapienza por compendio.
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Podrías hacer del comentario un escrito en sí mismo. Creo que en este caso el texto es un pretexto. Gracias!
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Creo que también están estipulados los modos de responder cómo fórmula del circuito comunicacional, o como cualquier otra fórmula ya sea de apertura y cierre en los cuentos maravillosos…
Me gusta responder mi manera anormal. Fuera de la norma las conversaciones se extienden como en el ámbito suprasegmental, siendo desde mi óptica subjetiva, un gesto afable, de ser recibido por mí en una devolución, alegraría un jornal grisáceo cualquiera… Si provoqué lo contrario, nunca debe dinamismo desparejo, sino desde la dinámica en construcción del conocimiento del prójimo…
Me retiro por una disculpa, al notar una respuesta de soslayo connotativa de haber insuflado invasión por retórica excesiva, que sin embargo fue sin ánimo sin intención.
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No… Encantada, me sorprendió, pero cada uno comenta de la forma que quiere, acostumbra o le place. Sin problema!!!!!
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Gracias por considerar la alternativa despojada absolutamente de irreverencias en rol protagónico, tan common sense en irrisoria arista avangard de la vaciedad identitaria. Qué pavorosa esclavitud de isleño: tan cerca plano onírico, resignaria actitud al disimulo de los brazos maniatados resignaria cauce infiel de abandono plano paupérrimo e inaudito, contemporáneo decaído en autobombo imprescindible, de ególatras que en intento de parecer al verdugo profanador del consciente sustrato, asimilado a regañadientes desde la debilucha levedad el ser que odia ridículamente en refractaria y pavorosa necedad que el reflejo del imprevisto.
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Por omisión o por exceso las palabras se derraman, confunden, aturden, no dicen nada o dicen demasiado, incluso el silencio dice mucho. Quedarme sin palabras sería un descanso
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