¡BASTA YA! DE AGRESIONES, ASESINATOS Y VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Aunque mis planes de trabajo eran otros para hoy, no puedo dejar de postergarlos para gritar con toda la rabia del mundo ¡BASTA YA! La noche del treinta y uno de octubre fue agredida y violada una chica de dieciséis años que se encuentra en la UCI por heridas de gravedad. Se desconoce si hubo uno o varios agresores[1].

En Catalunya se producen una media de tres violaciones diarias, desconozco los datos de otros lugares y prefiero no buscarlos para que no me reviente el hígado.

Parece que la violencia machista en todo su espectro se ha convertido casi en normalidad. Escuchamos o leemos cada día el balance de víctimas mortales o de agredidas —que son más de las que se tienen constancia— nos lamentamos, pero acabamos acostumbrándonos y ese es el gran riesgo, porque eso normaliza lo que es intolerable, inaguantable y un clamor entre las mujeres que exigimos medidas para cortar de raíz esa pandemia machista que se manifiesta con el uso de sus genitales porque los responsables carecen de cerebro útil.

Hay más mujeres asesinadas por violencia machista que víctimas de ETA. Y el dato puede parecer sorprendente, pero la única razón es que la banda terrorista mataba haciendo ruido, reclamando el eco de sus actos violentos; mientras que las mujeres van cayendo como moscas: unas muertas y otras marcadas de por vida por esa violencia que ultraja lo más íntimo de una persona, la destroza psicológicamente y se pudre en el silencio, que por un lado busca, antes que la exposición pública, pero que por otro lado acalla los alaridos de rabia, miedo y necesidad de venganza de todas las mujeres que van quedándose en el camino. Justicia no hay, porque las penas por delitos sexuales son irrisorias, lo cual delata el ninguneo que socialmente se hace del dolor irreparable que causa en las víctimas.  Cuando además esta bestialidad —y disculpen las bestias— se comete contra menores de edad la gravedad, las secuelas y la demanda que hacemos las mujeres es que se meta en prisión preventiva sin fianza a los que no controlan su instinto sexual, y se infrinjan penas de prisión realmente duras porque lo que han hecho es matar física o mentalmente a alguien arbitrariamente y eso debe tener de una vez por todas la pena mayor, ya que el mal causado es de por vida, de por vida debe ser la sanción.

Ahora podemos hablar de rehabilitación. Desearía que con datos fiables se hicieran públicos cuántos agresores o asesinos de mujeres se rehabilitan en la cárcel, o por el contrario cuando tienen ocasión reinciden. Así que, como ya no queremos tolerar más estas atrocidades, mientras no tengan un sistema de rehabilitación contrastado, exigimos que se pongan las penas mayores y se cumplan íntegramente sin permisos: una mujer agredida es o una difunta o una persona dañada cruelmente para siempre. Equidad y proporción en el mal cometido, tratamientos médicos a los que los necesiten y reeducación a los machitos que se autoafirman por la cantidad de mujeres agredidas, a las que según ellos les gustaba.

¡BASTA YA! Y exijo desde aquí el derecho de llevar armas de defensa -aerosoles de pimienta fulminantes o navajas- mientras no se encuentren soluciones efectivas. Tenemos el derecho a defendernos, más cuando las autoridades no lo hacen. En esta batalla, que ya se ha convertido en guerra, estamos todas, abuelas, madres, hijas y nietas, y demandamos SOLUCIONES YA.

Pido a todas las mujeres y a los hombres que se quieran sumar que hagamos viral este escrito o cualquier otro que se publique exigiendo contundencia por parte de la policía y los jueces y legitimidad de ir protegidas con instrumentos que sirvan de armas de reducción de la bestia que intenta agredirnos, para poder huir y pedir auxilio ¡Qué menos!

¡BASTA YA!

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[1] https://www.lavanguardia.com/vida/20211102/7833722/agresion-sexual-igualada-joven-menor-les-comes-hospitalizada.html