ESPERPENTO

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La disonancia entre la percepción que tenemos de nosotros mismos y lo que los otros ven, al toparse con nuestro ser cuerpo, puede ser intensamente monstruosa. ¿Qué prevalece socialmente, la autopercepción o la percepción ajena? Diría que ambas. Los demás pueden no vernos por ser vulgares, pero si nuestra conciencia nos concibe como seres deformes interior o exteriormente, nuestra relación con el mundo se verá alterada con más fuerza por ese sentimiento de ser un engendro asqueroso y pavoroso para todos. Aquí tenéis un relato de octubre de 2019. Que hoy titularía ESPERPENTO.

La hartura genera protuberancias por toda la superficie de mi cuerpo. Percibo masa excedente acumulada en las caderas, el torso. Las extremidades se asemejan a morcillas carentes de tono violáceo, que me indica que la mutación de mi físico no responde a una precipitación desde una altura desmedida y su posterior caída.

Soy una amalgama de excrecencias que repta, ya no me sostienen las peanas, cual nonadas, sino que me deslizo con sigilo y prudencia para arrostrar ese abombamiento sobrevenido lentamente.

¿Quién soy ahora que mi cuerpo me parece ajeno? El hartazgo somatizado de una existencia cercada por un entorno desbocado, al cual se le han desplazado los límites hasta disolverlos, y todo resta difuso y homogeneizado. El hambre es equiparada a la libertad, esta a dormir y vivir al raso,…lo relevante, que es lo urgente, ha quedado relegado al silencio absoluto. Nadie clama, más que un desierto en el que solo cabe la remembranza de lo que nos distrae y nos aturde, nos distancia de lo básico y elemental.

Por eso soy un ser metamorfoseado, por la impotencia y la saturación de un mundo ubicado en la superficie y alejado, a voluntad y con conciencia, de su núcleo.

Por el momento me mantengo recluida, para no perturbar el orden público y causar estragos entre los que puedan mirarme sin verme, percibirme sin entenderme y desatar el pánico por las apariencias, sin que el pavor se desate por lo auténtico. Creo que esto generaría más tumores en mi superficie corpórea.

Plural: 2 comentarios en “ESPERPENTO”

  1. Si las personas no tienen siempre la misma percepción de las cosas que vemos: una huella visual que se origina en el cerebro marca grandes diferencias con respecto a lo que ven los demás, me imagino cuando se trata de nuestro interior, nos vamos a colocar seguramente tal como lo describes en tu relato. Muy fuerte la percepción del yo personal.
    Un placer saludarte nuevamente Ana.
    Buen día para ti.
    Manuel Angel

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